El «juego» de las parejas

Del Bernabéu a Ipurua
Fidel, Florin Andone y Ferrer bajan del autocar tras llegar a Marbella | Larrea 

A.D.J. (Click para ver desde la web del medio)

Los viejos conocidos de cursos anteriores y los recién llegados se distribuyen en el hotel de concentración

Uno de los apartados que más llaman la atención en las concentraciones de pretemporada es el reparto de habitaciones de los jugadores. Y es que en los entrenamientos se pueden potenciar conceptos o trabajar el físico, pero el factor humano es fundamental para alcanzar también los éxitos en el apartado deportivo.

En este sentido, el Córdoba ha mantenido la norma establecida desde hace muchas temporadas atrás en cuanto a la composición. Es decir, al contrario de lo que ocurre en los equipos grandes, los futbolistas comparten habitación, mientras que los técnicos sí gozan de una cierta independencia. Por otro lado, quedan como siempre emplazamientos de uso compartido como la habitación de los masajes, que es el «taller de reparación» de los fisioterapeutas, o la de material, en la que se almacena toda la ropa necesaria para desarrollar el trabajo. Porque también los utilleros son de los que más sudan durante la semana del stage.

Pero regresando a la composición de las habitaciones, hay componentes de todo tipo para explicarlas. De las 13 destinadas para tal fin, seis de ellas están ocupadas por jugadores que el curso pasado participaron en la gesta del ascenso. Una de las de más rango es la compartida por Xisco y Abel, por aquello de los galones. Aunque también es significativa la que se repite en las últimas campañas por Caballero y López Silva, dos de los jugadores consentidos de la afición. 

También están juntos por aquello de las afinidades Iago-Campabadal o Luso-Saizar, así como Juan Carlos y López Garai, dos enfebrecidos amantes de la NBA.

 La última habitación que se acoge a este formato es la de Raúl Bravo y Pinillos, quienes contrastan edades pero compartirán competencia en el lateral izquierdo.
También tiene un rango especial la habitación que forman Adri y Damián, puesto que ambos proceden del filial y podrían protagonizar una de las sorpresas agradables de la pretemporada. Los demás son nuevos, incluyendo a Nieto y Samu que viven su particular reválida. Mientras que el lateral sevillano es vecino de Fidel, el extremo madrileño hace de cicerone con el canarión Deivid.

Por lo demás, llama la atención la composición geopolítica de dos habitaciones. Los suramericanos Fede Cartabia y Ryder Matos están juntos, mientras que hacen lo propio los africanos Ekeng y Razak. Por último, quedan los contrastes entre ataque y defensa originados por Havenaar-Uxío o Florin Andone-Jon Villanueva.

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